Gato porteño

El Gato Porteño: El Ritmo del Corazón de Buenos Aires

Gato Porteño es una variante de la tradicional danza del Gato, que presenta la misma tonalidad de compases que el Gato de dos giros, pero con una estructura distinta.

En esta versión, las figuras se organizan de manera particular, comenzando con el pie izquierdo y la posición de brazos, lo que le otorga un ritmo único.

Aunque el Gato Porteño comparte sus orígenes con otras variantes, es reconocido por su interpretación en los dos ambientes: tanto en los salones de la ciudad de Buenos Aires como en las comunidades rurales.

¡Es momento de bailar!
Los pasos del Gato Porteño

El Gato Porteño comienza con un paso característico en el que se inicia con el pie izquierdo, y la posición de los brazos acompaña la fluidez de la danza. Su estructura, similar a la de otras versiones, permite que se interprete también con la versión musical del Gato de dos giros, con lo que se mantiene la conexión con la tradición, pero aportando un estilo propio en su ejecución.

Primer movimiento de acercamiento donde ambos bailarines giran en su lugar hacia la derecha, marcando la intención del encuentro con mirada y postura elegante.
Duración: 4 compases

Ambos dan una vuelta completa alrededor del espacio común, sin perder el contacto visual. El desplazamiento es suave, con pasos marcados pero contenidos.
Duración: 8 compases

Se repite el giro inicial, reforzando el diálogo entre los bailarines. El ritmo se mantiene elegante y acompasado.
Duración: 4 compases

El bailarín realiza un zapateo elegante, mientras la bailarina responde con un zarandeo sutil, destacando el estilo refinado del Gato Porteño.
Duración: 8 compases

Ambos cambian de lado con una vuelta sencilla, cruzándose con delicadeza y marcando la transición hacia el final de la danza.
Duración: 4 compases

Se repite la secuencia de zapateo y zarandeo, esta vez con un aire más decidido, preparando el cierre.
Duración: 8 compases

Con un giro final, ambos se acercan y se coronan con una inclinación respetuosa, celebrando el encuentro.
Duración: 4 compases

Al igual que otras versiones del Gato, se acompaña con guitarra, bombo, violín y voces, instrumentos que se mantienen presentes desde sus primeros registros en la historia del folclore argentino.

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Walter Paz

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